La empresa integra principios de intensificación de procesos para impulsar la innovación en el diseño de ingeniería química, combinando modelado multi-escala con estrategias avanzadas de control. Usando herramientas de simulación como Aspen Plus y gPROMS, los procesos se optimizan para la integración de masa y energía, como columnas de destilación reactiva que logran una conversión del 99% en reacciones de esterificación mientras reducen el tamaño del equipo en un 40%. Se diseñan redes de integración térmica mediante análisis de pellizco para recuperar hasta el 90% del calor residual del proceso, con ciclos orgánicos de Rankine (ORC) implementados para generación de energía. Se implementan sistemas de control predictivo por modelo (MPC) para gestionar dinámicas complejas, como mantener la presión del reactor dentro de ±0.5 bar durante polimerizaciones exotermas. Los estudios de caso incluyen una planta de metanol de 200 kt/año donde la intensificación de procesos redujo el consumo de energía en un 15% y los costos de capital en un 12% a través de una síntesis integrada y captura de CO₂.